domingo, febrero 20, 2005

 

Cosas de la vida

Mi mala suerte; que es muy recurrente, a veces corre con la ayuda de mi inconsciente. El mismo, necesita (en muchos momentos) exteriorizar lo que piensa. Ese es un problema, porque por ejemplo, hay circunstacias en que las mujeres prefieren escuchar alguna mentira, y no les gusta saber que: "la verdad que un poco bicho sos".
Soy una especie de Jim Carrey en esa película en la que le era imposible mentir (no me acuerdo del nombre de la misma, y no tengo ganas de entrar al Google). Si bien lo cierto es que a veces es mi inconsciente el que me deja mal parado, hay otras ocasiones en las que yo mismo (en busca de popularidad) atento contra mi integridad psíquica, y a veces física.
El número de metidas de gamba grosas en mi vida, es de verdad alarmante. Un ser humano promedio no puede ser tan idiota como para mandarse tal cantidad de yerros (o cagadas) en solo 18 años de vida. ¿Quieren algunos ejemplos? Ahí van: un momento que marcó mi vida en forma trascendente fue aquel en el cual (tratando de ser cool), pensé que las estrías de una amiga eran marcas de agua salada (es verdad!!! el agua de la playa, cuando chorrea, te deja una especie de marcas más claras que tu verdadero color de piel). Ahora sí, debí haberme percatado que estabamos a mediados de agosto, en el tercer recreo de un liceo de Las Piedras; circunstancias espacio-temporales, no propicias para estar chorreando agua salada.
Para no aburrirlos (más), les paso a narrar la última. Tratando (nuevamente) de caerle bien a todos; habiendo finalizado mi exámen de historia y estando en la puerta del aula; lancé, con mi mejor cara de "langa", una frase dirigida a uno de los profesores ("el pelado") que integraba la mesa: "Mandale saludos a Rosa, tu esposa" (la rima no fue buscada). Fue en ese instante cuando noté que su cara_ así como la de los restantes profesores, y buena parte del alumnado que continuaba escribiendo_ cambiaba sensiblemente. En ese momento no quise indagar en el porqué de tal repentina transformación facial, entonces seguí mi camino hacia el hall. Ahí, me encontré con un grupo de amigos y les pregunté por qué estaban tan indignados. Su respuesta hizo que mi corazón se detuviera por unos segundos (2 o 3 nomás): "Va a estar bravo para salvar; el pelado se divorció hace una semana y tiene un humor de mierda......"

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